BICICLETAS3000 PRESENTA ONÍRICO, EL DISCO DONDE LA CALMA Y LA VISIÓN SE TRANSFORMAN EN RITMOS TRANSHUMANOS Y PSICODELIA BAILABLE
Bicicletas3000 profundiza su misión: hacer del existencialismo una experiencia bailable. Su nuevo lanzamiento, Onírico, emerge como una reflexión urgente sobre el futuro que no terminó de llegar, proponiendo un atajo ante la confusión y la aceleración. La banda lo define como un deseo compartido: “Queremos convocar lo intangible. Traer eso que deseamos: calma y visión ante tanta confusión”.
El álbum Onírico intensifica el perfil más psicodélico y raver de
Bicicletas3000. Se
mueve entre mantras optimistas, ritmos transhumanos y melodías fungi
sintetizadas, consolidando una estética que vibra entre los límites de lo
orgánico y lo artificial, lo místico y lo digital. La producción, a cargo
de DJ Richie Hell y Balam,
se percibe como "un viaje al espacio". Los productores suman
analogías fuertes, definiendo el trabajo como un reencuentro de ellos mismos
con una de sus esencias: Hot
Chip, Future Islands, LCD Soundsystem y Gorillaz.
La propuesta se articula en una arquitectura que abandona el rock
tradicional y se adentra en la indietrónica y
el dub esotérico,
tal como exploraron en 2024 con el mixtape Está saliendo el sol.
Las
canciones de Onírico funcionan como planetas sensoriales que exploran el
duelo y la liberación:
Calma es un viaje luminoso, una flor que nace adentro; una
primavera íntima que suelta viejas cruces y enciende nuevos colores. Es la promesa de
un cielo que vuelve a abrirse, donde la luz y el movimiento se mezclan para
recordar que la serenidad también puede bailar.
Kilo de
Flash es un mantra eléctrico sobre el
vaivén interno; una tormenta mental que encuentra alivio en el sol, en el
cuerpo y en el movimiento. Entre flashes, mareas y un paraíso esquivo, la
canción abraza la idea de dejar ir. Cada ola que golpea también limpia, empuja
y renueva.
Pasti es un viaje sensorial donde el deseo y la memoria se
proyectan como escenas perdidas: cuerpos que queman, abrazos en loop y un
universo íntimo que late entre Kubrick, Venus y Marte. La canción
explora esa frontera borrosa entre lo que fue y lo que todavía vibra, soltando
lo atómico para dejar que la fantasía siga filmando.
Fugaz es una despedida luminosa y una exploración emocional
donde el universo se expande al mismo tiempo que un vínculo se apaga. Entre fantasmas,
sangres que ya no hierven y abrazos que enfrían, la canción celebra la
honestidad del soltar. Perder, sí, pero entregando lo mejor.
Corazón
Roto es un despertar, la intuición
fallida, la nave que se quema y el impulso de seguir igual. Entre ideas que
nunca nacieron y jardines que solo florecen en sueños, la canción abraza el
dolor como propio y lo transforma en mantra: es para mí, es mío, y aun así
avanzo hacia la luz.
Tensión es una confesión en tránsito, el instante en que todo se
aclara, el cuerpo habla y ya no hay lugar para mentirse. Entre señales
esquivas, mares que se nadan a contracorriente y amores de pulso frutal, la
canción captura el momento exacto en que se decide desaparecer para volver a
uno mismo.
Trono es un himno de liberación emocional, palabras que podrían
herir, noches que pesan y un corazón que igual encuentra su propio cielo. Entre planetas
sensoriales, amaneceres persistentes y un sol que insiste en volver, la canción
afirma que incluso sin el amor del otro, nuevos aires —y Buenos Aires— siempre
abren un lugar para estar mejor

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