PIPE BUENO Y LUIS VEGA LANZAN “NO TENGO EL VALOR”, UNA BALADA RANCHERA QUE NACE DE LA VERDAD Y SE VUELVE CANCIÓN
Luego de una experiencia colectiva inolvidable en Santa Cruz, Bolivia, Pipe Bueno lanza oficialmente “No Tengo el Valor”, su nueva colaboración con el artista boliviano Luis Vega. El tema, una balada ranchera directa y emocional, está disponible desde en todas las plataformas digitales.
“No Tengo el Valor” no gira en torno a la
nostalgia, sino a la honestidad. La canción se instala en ese punto exacto
donde el amor deja de ser suficiente y decir la verdad se vuelve un acto
necesario, aunque duela. Con un arreglo sobrio y una interpretación que
prioriza la emoción sobre el artificio, Pipe y Luis construyen un
diálogo musical que no busca consolar, sino decir lo que muchos callan.
El tema fue escrito por los
propios Pipe
Bueno y Luis
Vega, y producido por el reconocido Yohan Usuga, figura clave en la
evolución del sonido regional colombiano en la última década.
El video, grabado días atrás en Santa
Cruz, se convirtió en un fenómeno por derecho propio. Lo que iba a ser una
filmación convencional terminó siendo un encuentro masivo con la gente. Tras
una convocatoria abierta en redes sociales, cientos de personas llegaron al
lugar y presenciaron un show improvisado, con Pipe y Luis cantando en
vivo, sin filtros ni escenografía. La reacción fue inmediata y el momento quedó
inmortalizado como parte del video oficial que acompaña el lanzamiento.
El mismo fue dirigido por Samuel Villegas, quien logró
capturar la esencia colectiva y espontánea del momento vivido en Bolivia.
Este estreno marca un nuevo movimiento
dentro de la narrativa musical de Pipe Bueno, quien viene de un año de alta
actividad con proyectos como Vives
con Mariachi y sencillos como “Dime Que Prefieres”. En “No Tengo el Valor”, sin
embargo, el artista apuesta por una estética más íntima, donde la balada
ranchera vuelve a ser espacio de verdad.
Luis Vega, por su parte,
reafirma su presencia en el panorama regional con una colaboración que traspasa
fronteras y refleja el tipo de alianzas que nacen desde la música, no desde la
estrategia.
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