BOMBARDEO DE SEMILLAS PARA RECUPERAR LA FRANJA FORESTAL PROTECTORA DEL RÍO LA VIEJA
Los ríos son el eje articulador de las
regiones, dada su enorme importancia para la vida humana y el desarrollo de
diversas actividades que garanticen el progreso y la optimización de las
condiciones de vida de quienes ocupan su territorio, sin dejar de lado su riqueza
en biodiversidad: esta se traduce en la presencia de múltiples especies de
flora y fauna.
De allí la necesidad de que las
entidades y la comunidad se articulen para garantizar su cuidado y
recuperación, pues a lo largo de la historia se han visto presionados por
infinidad de acciones que vulneran su calidad ambiental, como la contaminación
por vertimientos y la pérdida de la franja forestal protectora, debido al
aumento de la frontera agrícola, entre otras problemáticas.
En el caso del municipio de Cartago, la
fundación Sembrado el Planeta ha estado alerta frente a la situación y sigue de
cerca el estado de su río tutelar, La Vieja, relacionado popularmente con
diversas situaciones ambientales adversas como la deforestación en ambas
márgenes.
"Es una problemática bastante
delicada, pues además de generar la desestabilización de las orillas del
afluente, por la pérdida de individuos forestales que las soporten, implica la
migración de la avifauna asociada por carecer de hábitats que les brinden refugio
y alimento", señaló Felipe de los Ríos Trejos, ingeniero agrónomo y líder
ambientalista, quien orienta dicha fundación.
Es por ello que este colectivo ha
decidido emprender la recuperación de la franja forestal protectora del río,
con miras a la creación de un corredor biológico, mediante el bombardeo de
semillas nativas desde botes. Las simientes fueron recolectadas en recorridos
ecopedagógicos con actores sociales y comunitarios del municipio.
Esta técnica, denominada "Nengo
Dango", fue creada por el asiático Masanobu Fukuoka y en Cartago se está
retomando para sembrar semillas de zapallo, tomate criollo, maracuyá, guayaba
manzana, pera, agria, girasol, papaya y guanábana, las cuales brindan alimento
a las aves y demás especies, y algunas de ellas combaten la caña brava.
Para Juan Pablo Ramírez Enríquez,
biólogo de la CVC, "se trata de un ejercicio ambicioso, pero a la vez
significativo, ya que a pesar de que la técnica cuenta con un porcentaje bajo
de eficiencia, por factores externos como el clima y la presencia de animales
que se comen las semillas, el aumento de las especies, su cantidad y la
frecuencia de los bombardeos serán una base importante para la creación de
franjas con corredores eficientes".
Durante las últimas semanas del año, los
integrantes de la fundación se reunirán con un equipo de profesionales de la
CVC para revisar la técnica implementada hasta el momento y posteriormente,
diseñar una serie de pruebas piloto que fortalezcan más las jornadas y
garanticen el éxito de esta importante intervención, a partir de 2023.
"Como autoridad ambiental,
valoramos la labor de la fundación, la cual cuenta con la participación de
jóvenes ambientalistas con grandes iniciativas que le han venido aportando de
manera significativa a la gestión ambiental en el municipio", señaló el
director de la DAR Norte de la CVC, Edwin Alexánder Serna Alzate.
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