“SIN NEGRA NO HAY GUAGUANCÓ”
Por Fabio Martínez
En el contexto del debate hacia las elecciones presidenciales, el fenómeno político del país más significativo se llama Francia Márquez Mina.
Ni la
candidatura de ‘Fico’ Gutiérrez, que hasta ahora ha demostrado una pobreza de
argumentos para dirigir el país; ni Sergio Fajardo, que como buen centrista
sigue moviéndose en la cuerda floja; ni el variopinto candidato de la franja
amarilla Rodolfo Hernández; ni mucho menos la confusa Íngrid Betancur, han
logrado despertar un interés nacional por los profundos temas que debemos
abordar.
En un territorio
machista como es Colombia, su imagen como mujer es una afrenta. Su figura como
negra raizal es una ofensa para un país que desde la Constitución de Rafael
Núñez se ha creído ‘blanco’ y de sangre azul. Sus posiciones frente a la
defensa de los derechos humanos y el medio ambiente, la hacen ver como una
líderesa sospechosa.
En la historia
de Colombia ha habido solo dos negros que se han destacado medianamente en el
mundo de la política: El presidente Juan José Nieto Gil que gobernó de enero a
julio de 1862, cuando el país se llamaba Confederación Granadina, y el
almirante José Prudencio Padilla.
El retrato de
Nieto Gil nunca fue expuesto en la galería de los presidentes de la Casa de
Nariño. Solo 157 años después salió del olvido. El segundo, quien luchó
por la independencia, fue fusilado en la Plaza de la Constitución y colgado en
la horca, por órdenes de Simón Bolívar.
Esta impronta
racista es lo que explica la reacción airada del expresidente César Gaviria
cuando Francia lo calificó de neoliberal. Si esta definición hubiera venido de
otro candidato, quizás hubiera pasado desapercibida. Pero venía de una negra
que ha defendido sus orígenes y su territorio, y por esta razón, fue
galardonada con el Premio Goldman del Medio Ambiente y figuró en la BBC como
una de las 100 mujeres más influyentes del planeta.
El expresidente
Gaviria sabe que desde los años noventa, abandonó las ideas liberales
pregonadas por su jefe Luis Carlos Galán Sarmiento, y bajo el lema de
“bienvenidos al futuro” puso al país a hacer parte de una economía de mercado
global, asimétrica y desigual, donde se ha puesto en riesgo la producción
nacional y la seguridad alimentaria de los colombianos.
La crítica
contra la fórmula presidencial de Gustavo Petro también proviene de las redes
sociales, que están llenas de insultos y calumnias contra la dirigente negra.
Lo que estos
opositores digitales no saben es que con cada comentario desafortunado que se
esgrime contra ella, le están ayudando en su campaña para escalar hacia la
vicepresidencia de la República.
El país debe
tomar conciencia de que vivimos en un territorio tri étnico y multicultural, como
lo afirma la Constitución del 91. Que el estribillo “yo soy más blanco que tú”
es un eslogan que pertenece al pasado.
El discurso
sencillo y profundo de Francia Márquez sorprende a muchos colombianos porque
viene de las raíces, de los ancestros, de las mayoras.
Es una narrativa
nueva que rompe con los argumentos de la vieja política, que la gente ya no
quiere escuchar.
Es un discurso
incluyente porque Francia Márquez sabe que, entre las filas del liberalismo,
así como en los demás partidos, hay dirigentes consecuentes que continúan
enarbolando las banderas progresistas por un cambio social.
Parafraseando a
la orquesta de Los Hermanos Lebrón, “sin negra no hay guaguancó”.
hector.f.martinez@correounivalle.edu.co
#RevistaOccidental
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