EL DÍA QUE JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ LE COMPUSO A COLOMBIA
Por Guillermo
Romero Salamanca
Este 23 de
noviembre es un día triste para los bohemios sentimentales, amantes de las
buenas canciones y de los tragos bien tomados. Hace 48 años José Alfredo
Jiménez, el charro más querido en Colombia, murió a causa de una cirrosis
hepática.
El 23 de noviembre
de 1973 las emisoras colombianas y al menos unos 15 países–en un 98 por ciento
en Amplitud Modulada—pararon su programación habitual para hacerle su
respectivo homenaje al más grande compositor de música ranchera que ha tenido
México. Más de un millar de canciones lo testifican y en Colombia, el mariachi
que se respete tiene al menos en su repertorio unas 20 canciones.
Jorge Oñate, el
jilguero de América, con su vozarrón, además de interpretar sus inolvidables
vallenatos, de vez en cuando, lanzaba al aire para llegar hasta el cielo una
que otra canción de su ídolo mexicano.
“Han pasado casi
50 años de su fallecimiento y todavía llegan las planillas con listados enormes
de sus canciones. Fue un maestro que todo lo que escribió lo convirtió en
éxito. En Sayco le guardamos especial cariño y los maestros socios le tienen un
respeto por sus grandes obras que escribió”, recordó César Ahumada, gerente de
la entidad.
Figuras de la
talla de Miguel Aceves Mejía, Amalia Mendoza, Pedro Vargas, Luis
Aguilar, Javier Solís, Raphael, Pedro Infante, Jorge
Negrete, Vicente Fernández, Daniel Santos, Julio
Iglesias, Lola Beltrán, María de Lourdes, María Dolores
Pradera, Chavela Vargas, Helenita Vargas, Pedro Fernández, Laura
Pausini, Cristian Castro, Sin Bandera, Enrique Guzmán, Alejandro
Fernández, Luis Miguel, Rocío Dúrcal, Joaquín
Sabina, Andrés Calamaro, Antonio Aguilar, Plácido
Domingo, Chitãozinho & Xororó, Lucha
Villa, Sonia y Myriam, Juancho el Charro, Ricardo
Montaner, Conjunto Primavera, Bronco, Banda Estrellas De Sinaloa, Jorge
Valente, Mari Trini, Enrique Bunbury, Juan Gabriel, Alicia
Juárez, Enrique Urquijo y decenas de vocalistas más le han grabado algunas
de sus canciones.
Fue una máquina
de producción artística. "A mi padre le gustaba mucho sentarse a escribir
sus canciones o los proyectos que quería hacer. Y aquí era donde se hacían
todas las reuniones, porque no se sentaban en la sala; muchas veces se juntaban
alrededor de la barra. Tengo la memoria de que en una esquina se paraba Lola
Beltrán, mi papá en la otra y se ponían a cantar", le dijo Paloma Jiménez,
su hija al periodista Adolfo López de El Sol de México.
José Alfredo
Jiménez Sandoval nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato, México el 19 de enero de
1926 y desde muy niño comenzó a escribir en un cuaderno sus canciones. A los
once años llegó a Ciudad de México donde debió trabajar en diversos oficios
para colaborar con los gastos de su casa, luego del fallecimiento de su padre,
don Agustín Jiménez, quien tenía una farmacia. La vida no fue fácil entonces para
doña Carmen Sandoval y sus otros hijos Concepción, Víctor e Ignacio.
José Alfredo
Jiménez Sandoval fue camarero, entre otros de sus oficios, pero encontró
en el fútbol una oportunidad y debajo de los tres palos atajó muchos tiros de
sus rivales.
Un día llegó
hasta la emisora XEX-AM e interpretó “Cuando el destino” y “Yo”, temas que
causaron admiración y seguidores, una de ellas Paloma Gálvez, con quien tuvo
luego dos hijos: José Alfredo y Paloma. Después tuvo una relación con Mary
Medel con quien engendró a Guadalupe, José Antonio, Martha y José Alfredo. Y
más tarde un gran romance con Alicia Juárez, a quien descubrió como intérprete,
se casó con ella en 1970, le compuso canciones como “La araña” y “El rey” y
grabó un dúo con ella en el álbum de 1972, que incluía “Las ciudades”, tema
obligado en emisoras, cantinas, casas y tonadas de chispos despechados.
La gran Chavela
Vargas fue muy amiga del maestro. Ella contó que cuando los médicos le
dijeron al compositor que le quedaban dos meses de vida, la llamó para
"correr la última juerga".
Se les unió al
triste momento el también compositor Tomás Méndez, autor de
"Cucurrucucú". Estuvieron tres días con sus noches cantando, bebiendo
y desmesurados en el Tenampa, el mítico bar de la plaza de Garibaldi,
en el Distrito Federal.
Cada 23 de
noviembre miles de personas acuden al lugar para rememorar aquellos momentos y
cantar sus valiosos temas.
Cuentan que
cuando Jiménez falleció, Chavela acudió a la velación, y se desplomó borracha
cantando y llorando. Al intentar apartarla, la viuda de José Alfredo las
detuvo: «Déjenla, que está sufriendo tanto como yo».
“Los temas del
maestro José Alfredo hablan del amor, del desamor, de la vida normal, de sus
relatos de vida transformados en poesía. “El jinete” es una autobiografía y “El
corrido del caballo blanco” nació luego de una pesadilla de gira artística que
tuvo, al fallar el empresario, soportar severas situaciones y toda esa historia
la convirtió en un acto heroico de un caballo que hizo ese recorrido desde
Guadalajara hasta llegar a Ensenada, en California. En México les enseñan
geografía a los niños con esa canción”, recuerda el compositor Camilo Valencia,
admirador del gran José Alfredo.
“Un día estaba
en Acapulco y vio como Alicia Juárez conversaba en la playa con un muchacho.
Sacó su bolígrafo y le escribió una canción, cuando pudo conversar con ella, le
dijo: “¡apréndetela, esta noche la cantas!”. Era “La araña”. Ya estás tejiendo
la red/ Como en aquella mañana/ En que te di mi querer/ Cuando te vi en tu
ventana/ Muy tarde vine a saber/ Que te llamaban "la araña", agrega
Camilo, compositor de confianza de Helenita Vargas.
Cada una de las
canciones del maestro lleva consigo una historia de su vida convertida en una
figura literaria y luego, en una verdadera poesía.
El 3 de octubre
de 1970 cantó con Alicia Juárez en la popular Media Torta de Bogotá. Más de 15
mil personas se apretujaban para presenciar el inolvidable espectáculo. Algunos
fanáticos se subieron a las ramas de los árboles, otros a los postes del
alumnado y unos más en las paredes de los edificios vecinos.
Estuvo hospedado
en el Hotel Tequendama y en uno de sus restaurantes, redactó en el reverso del
Menú, un poema dedicado a Colombia:
“Colombia,
Colombia, Colombia,
Me voy a llevar tu cariño,
Lo quiero prendido en el alma,
Como aquel juguete que tuve de niño.
Me quiero llevar
para siempre,
Tu cielo, tu sol y tu aprecio,
Un pueblo colgado en mi cuello,
Como una esmeralda que no tenga precio.
Que triste tener
que dejarte,
No sé si podré regresar,
Yo no soy el dueño de esta vida mía,
Déjame que vuelva señor Monserrat.”
José A. Jiménez,
3 de octubre de 1970.
Tanto José
Alfredo, como Alicia Juárez y su hijo José Alfredo Junior quisieron que el tema
se inmortalizara en Colombia. Lo entregaron a la Cancillería, como un signo de
admiración. En uno de sus anaqueles se encuentra en el olvido el valioso
documento.
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